Recuerda que existe un momento clave en todo proceso de cambio, en el cual ya quedó atrás lo que fue…y todavía no ha llegado lo que será. Es en ese punto en que debes tener paciencia. En relación con ello te voy a contar algo…

¿Conoces la metáfora del pez y la pecera?

Imagina que nuestra vida, nuestro entorno, los conocimientos, las emociones y nuestras relaciones con l@s demás fueran una pecera y nosotr@s el pez que vive en ella.

En la pecera estamos cómod@s, nos van cuidando y alimentando y vamos creciendo progresivamente. Hasta ahí todo correcto. Sin embargo, llega un momento en el que crecemos y crecemos y la pecera se nos queda pequeña… ¡Oh no! ¿Y ahora qué? Como pez, podemos darnos cuenta de esto, pero por miedo, por comodidad, etc., aunque resignado, decidamos seguir en ella.

Afortunadamente, hay veces que tomamos conciencia de la incómoda situación y en vez de victimizarnos decidimos analizar las opciones con las que contamos, a darle valor a nuestras necesidades y comenzamos a buscar una nueva pecera que se le adapte más al momento presente. En este caso, podemos dudar de si acertaremos o no con la elección de cambiar a algo mayor, pero al dar el paso estamos tomando decisiones, analizadas, meditadas y más alineadas con nosotr@s y nuestro bienestar.

Y es aquí cuando debemos cultivar la paciencia, porque todo pez que cambia de pecera, que da el salto, está durante varios segundos en el aire; segundos en los que siente inseguridad por lo que dejó atrás y por el desconocimiento de qué le espera tras el cambio. Es normal que al principio sienta vértigo, porque está en un medio en el que no sabe vivir.

A las personas, nos pasa como a este pez ante cualquier cambio, incluidos los que tienen que ver con tu patrón de alimentación. Cuando decides dejar de comer algo o incluir algún alimento novedoso para ti, puede que pase que echas de menos lo que dejaste atrás y aún no puedas aferrarte a los resultados que esta nueva acción traerá, porque no son tan inmediatos como te gustarían. ¡Pero ten paciencia! Lo difícil era dar el gran salto, lo demás ¡ya está de camino!

¡Enhorabuena por haber decidido salir de tu zona de confort!