Los huevos han sido siempre uno de los principales alimentos dentro de la dieta mediterránea, por su alto valor nutritivo y muy fácil de cocinar. Tal vez por ello no sea extraño que haya una expresión del refranero español que lo tenga como protagonista.
Este refrán tiene su origen en la escasez o falta de comida que sufría la mayor parte de la población hace algunas décadas. Los huevos estaban considerados para las esferas más humildes de la sociedad como un bien de lujo. Pese a que la gente solía tener en su casa animales para poder comer durante los periodos de más necesidad como en guerras, sequías o hambrunas, la mayoría de los alimentos no eran fáciles de conseguir.
Como sabéis, en el pasado los hombres eran los encargados de llevar el jornal a casa y sustentar la economía familiar. Muchas veces para pasar el día y reponer fuerzas se les daba un huevo. Este refrán reside en las quejas de los pequeños cuando veían que había huevos en casa y que únicamente iban a parar al padre. Lo normal era que la madre repitiera ante su insistencia: «Cuando seas padre comerás huevos». Y esta respuesta ha sido repetida en innumerables ocasiones hasta hacerse popular.
Con el paso de los años, el significado de esta expresión ha ido evolucionando y hoy se suele utilizar cuando los más pequeños no comprenden por qué sus padres pueden realizar determinadas actividades o acciones que no se les permite hacer a ellos. ¿Conocíais el por qué de este refrán? Creo que era uno de los favoritos de mi madre, ¿sería yo muy jartible?
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Pues hasta aquí un poquito de cultura nutricional. Pronto, ¡más y mejor! Disfrutad de la semana